
El Estudio
Desde que en el 2006 se aprobase el Código Técnico de la Edificación (CTE), y con las sucesivas actualizaciones, ha entrado en la vida de las ventanas una nueva dimensión que va más allá de abrir un hueco al exterior en las fachadas. Esta nueva dimensión de las ventanas es la de ser un componente de gran importancia para lograr edificios energéticamente eficientes.
Desde el momento en el que se aprueba el CTE la ventana entra en el mundo de la clasificación energética: La ventana tiene que cumplir la función de abrir un hueco hacia el exterior, dejar entrar la luz, darnos la posibilidad de ventilar una estancia y al mismo tiempo aislarnos del exterior, o cómo vamos a ver, aprovechar la energía que viene del exterior para calentar una vivienda u oficina.
Esta importante función hace que ahora, más que nunca, sea necesario evaluar cuál es la influencia real de la ventana, y de los materiales que se emplean para fabricarla, a la hora de contribuir a la clasificación energética del conjunto del edificio. El estudio1 desarrollado por el Laboratorio de clasificación energética de Tecnalia Research & Innovation, a cuyas conclusiones hace referencia este artículo, entra de lleno en estos aspectos y permite comprobar que, en el caso de las ventanas, aspectos tan publicitados últimamente como la transmitancia térmica de los marcos de los diferentes materiales (Uf) tiene una importancia relativa más bien modesta en la consecución del objetivo buscado, mientras que otros, como la permeabilidad al aire o el factor solar (f), son mucho más determinantes.


Desde el punto de vista de la clasificación energética, en una ventana se contemplan tres factores que influirán en ésta:
- Factor solar
- Permeabilidad al aire
- Transmitancia térmica
Considerando la unión de estos tres factores, podremos analizar en conjunto cuál es la clasificación energética real de una ventana y determinar cuál es la mejor elección en cada caso.
De hecho, la consideración conjunta de estos tres factores, va a determinar que la clasificación energética de una ventana se vea alterada por la localización geográfica en la que ésta se encuentre y por la orientación, lo que viene a decir, por ejemplo, algo tan intuitivo como que la mejor ventana para colocar en Sevilla no tiene por qué ser la misma que colocaríamos en León, a la vez que no es lo mismo una orientación Norte que una orientación Sur en la misma localización.
Otro aspecto que tiene influencia es la composición de una ventana. Las ventanas se componen como mínimo de los marcos y las hojas, que son los elementos portantes y móviles que permiten que las mismas se abran y cierren y cumplan con su función de apertura. Por otro lado está el vidrio, que representa el mayor porcentaje de superficie de la ventana, que cumple la función de dejar pasar la luz. Luego hay otros elementos, como el cajón de persiana, que también intervienen en la clasificación energética de la ventana. En las distintas secciones de este apartado se desgranarán los tres factores que influyen en la clasificación energética de la ventana.